El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 30 de abril de 2010

Kill Bill: Vol. 2



Dirección: Quentin Tarantino.
Guión: Quentin Tarantino.
Música: RZA.
Fotografía: Robert Richardson.
Reparto: Uma Thurman, David Carradine, Lucy Liu, Vivica A. Fox, Michael Madsen, Daryl Hannah, Samuel L. Jackson, Julie Dreyfus, Sonny Chiba.
Segunda parte y final de esta historia de venganza, de muerte, de este ajuste de cuentas sangriento. ¿Sangriento? Pues ya no o, al menos, ya no tanto como en la primera parte.
Si en la primera entrega dominaba la acción pura y dura, la violencia, la orquestación de los duelos en unas coreografías sangrientas y magestuosas, dejando Tarantino gran parte de la trama argumental entre tinieblas, en esta segunda parte el director da un giro total a la historia y deja de lado la acción, sin bien no desaparece totalmente, para adentrarse en los motivos de la venganza y profundizar, al fin, en el interior de los personajes.
El argumento de Kill Bill: Vol. 2 (2004) sigue siendo de una secillez absoluta. Tras culminar con éxito una parte de su venganza (que es lo que pudimos ver en Kill Bill: Vol. 1), La Novia (Uma Thurman) prosigue con la caza de los miembros de su antigua banda, aquellos que quisieron acabar con ella: Budd (Michael Madsen), Elle Driver (Daryl Hannah) y, naturalmente, Bill (David Carradine).
En este sentido, pocas sorpresas nos depara el desarrollo del film, pues nadie duda ni un instante en que La Novia conseguirá su objetivo. Y, al igual que en la primera parte, el film sigue el recorrido vengativo de La Novia hasta el inevitable enfrentamiento final con Bill. Un desarrollo clásico, sin más licencias que algunos flash-backs en los que se nos muestran apuntes del pasado de La Novia, de como se entrenó hasta ser una asesina letal.
Así pues, Tarantino decide sorprendernos dejando de lado las largas peleas y duelos que eran la esencia de la primera parte y apuesta por una historia más introspectiva, donde priman más los diálogos (casi inexistentes en la primera entrega), que pretenden indagar en los motivos, los miedos y los deseos de los protagonistas. Aunque parece imposible que Tarantino renuncie por completo a su "amor" por la sangre o los detalles de cierto mal gusto y nos regala con una escena (cuando Elle Driver pierde el ojo) bastante desagradable.
Así, podemos sentir cierta frustración al comprobar como los combates, tan omnipresentes en el volumen I, quedan reducidos a una mínima expresión. Y si todo el film (incluida la primera parte) nos va conduciendo inevitablemente al enfrentamiento con Bill, podemos casi sentirnos decepcionados por el rápido desenlace del mismo.
Pero es que los tiros ya no van por el mismo camino. Tarantino busca darle profundidad a la historia, justificarla, dotarla de sentido. Noble deseo, pero desde mi punto de vista fallido. ¿Por qué?
En primer lugar, toda la historia parece sacada de un comic. Tarantino, como amante de películas de acción de serie B o de los espagueti westerns, ha creado una historia muy "peliculera", en el sentido que cuesta creérsela, tomársela en serio. Al menos para mi, la primera parte era algo así como ver una película de superhéroes. Podemos amar más o menos el espectáculo, disfrutar o no con las coreografías de los duelos y la música, pero no deja de ser un mero pasatiempo con poco de verídico. Por eso, los intentos de "profundizar" en la historia de esta segunda entrega parecen un tanto absurdos. Es como intentar filosofar sobre un capítulo de Tom y Jerry o un videojuego de SuperMario, cuamdo de lo que se trata es de meros pasatiempos.
Y no pretendo decir que Tarantino nos ofrezca unas justificaciones o unas historias mal trabajadas, pero es que carecen de demasiada importancia en realidad. Porque tanto la acción, como la trama y los mismos personajes arrastran ese aire de comic, de caricaturas, por lo que cualquier explicación que den la vamos a aceptar sin más, porque no interesa realmente.
Eso sí, en una vuelta de tuerca realmente arriesgada, el duelo final entre La Novia y Bill, Tarantino lo resuelve como un duelo verbal. La lucha en sí, la física, dura unos segundos tan solo; no tiene importancia, porque está escrito de antemano el resultado. Lo importante es el "ajuste de cuentas" sobre las razones de cada uno, los porqués de sus actos. Es un final digno, la sorpresa final, el as en la manga que se guardó Tarantino. Y si bien, por lo dicho anteriormente, tampoco es que nos conmueva realmente, al menos tiene cierto aire digno, noble, entre tanta violencia gratuita como sufrimos a lo largo de esta historia, aunque con la historia que arrastra me parece instrascendente a estas alturas del film.
En cuanto a Uma Thurman, pues sigue sin convencerme, no acabo de verla en el papel o no capto lo que supuestamente debería trasmitirme. David Carradine, ausente en toda la primera parte, recuerda al de famosa serie Kung Fu en su primera apararición flauta en mano (supongo que en manifiesto homenage del director a aquella legendaria serie). Está más que correcto como Bill y es de los personajes más creíbles de esta historia.
El resto del reparto está correcto, con una mención especial al caricaturesco profesor de artes marciales interpretado por Gordon Liu y que no hace sino reforzar esa impresión de personajes sacados de un comic.
Sorprendentemente, si yo me lamentaba de la falta de argumento (o al menos de que este quedaba confuso y sin explicar suficientemente) de la primera parte y de su excesiva violencia, ahora que he visto el film al completo, me quedo con el volumen I, pues al menos representa un intento de hacer film de entretenimiento, rindiendo homenage a géneros hoy en desuso, y lograba su cometido largamente, poniéndole como única pega un amor excesivo por los detalles macabros. Pero este intento en la segunda parte de darle sentido y profundidad a un mero pasatiempo, como yo veo este film, acaba por resultar pesado e intrascendente, dejando un film por momentos tedioso y donde las espectativas de acción se ven defraudadas constantemente.

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