Dirección: Stewart Raffill.
Guión: Stewart Raffill.
Música: Richard Harvey.
Fotografía: Tony Imi.
Reparto: Billy Zane, Kelly Brook, Juan Pablo Di Pace.
Three: Sólo volverán dos (2006) es una de esas películas ridículas que uno no sabe bien cómo han conseguido siquiera ser estrenadas.
La historia es bien sencilla: un millonario viaja en un yate alquilado con su atractiva esposa en un crucero de placer. Uno de los criados del barco entra de inmediato en conflicto con el millonario. Cuando el barco se incendia y naufraga, el matrimonio y el criado tendrán que sobrevivir juntos en una isla desierta.
Lo peor no es que el guión, obra del director de la película, sea predecible y vulgar y sin una pizca de ingenio, lo peor es que el film es repetitivo, absurdo y carente del mínimo interés. Por si la historia no fuera ya de por sí lo bastante predecible, el título castellano ya nos da una pista pero, es que encima, para colmo de despropósitos, al final sólo regresa uno. Pero eso es lo de menos. Lo triste es el mínimo interés de un triángulo amoroso que se anuncia a bombo y platillo ya desde el comienzo; lo triste son unos diálogos estereotipados, unos actores muy limitaditos y lo excesivos que resultan los 95 minutos de metraje.
Es evidente que una mujer atractiva entre dos hombres en una isla desierta puede crear conflictos, pero el desarrollo de los mismos es banal y no se ahonda en los personajes en ningún instante. Todo es directo e incluso absurdo y nada de lo que sucede nos sorprende y mucho menos nos importa.
Hasta el intento de añadir algo original, como es la antigua novia del criado guaperas que, despechada, practica vudú contra el, resulta algo tópico y sin mucho sentido que aparece, oportunamente, justo en el último instante y queda como un añadido tosco y facilón.
Una película para huir de ella como del fuego.
La historia es bien sencilla: un millonario viaja en un yate alquilado con su atractiva esposa en un crucero de placer. Uno de los criados del barco entra de inmediato en conflicto con el millonario. Cuando el barco se incendia y naufraga, el matrimonio y el criado tendrán que sobrevivir juntos en una isla desierta.
Lo peor no es que el guión, obra del director de la película, sea predecible y vulgar y sin una pizca de ingenio, lo peor es que el film es repetitivo, absurdo y carente del mínimo interés. Por si la historia no fuera ya de por sí lo bastante predecible, el título castellano ya nos da una pista pero, es que encima, para colmo de despropósitos, al final sólo regresa uno. Pero eso es lo de menos. Lo triste es el mínimo interés de un triángulo amoroso que se anuncia a bombo y platillo ya desde el comienzo; lo triste son unos diálogos estereotipados, unos actores muy limitaditos y lo excesivos que resultan los 95 minutos de metraje.
Es evidente que una mujer atractiva entre dos hombres en una isla desierta puede crear conflictos, pero el desarrollo de los mismos es banal y no se ahonda en los personajes en ningún instante. Todo es directo e incluso absurdo y nada de lo que sucede nos sorprende y mucho menos nos importa.
Hasta el intento de añadir algo original, como es la antigua novia del criado guaperas que, despechada, practica vudú contra el, resulta algo tópico y sin mucho sentido que aparece, oportunamente, justo en el último instante y queda como un añadido tosco y facilón.
Una película para huir de ella como del fuego.
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