El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 17 de abril de 2010

La chica de rosa


Película dirigida en 1986 por Howard Deutch, se trata de la típica comedia de adolescentes sin más pretensiones que servir de entretenimiento.

Angie (Molly Ringwald) es una joven pobre que vive con su padre (Harry Dean Stanton), que está en el paro y que aún espera el regreso de su esposa, que los abandonó hace tres años. El gran amigo de Angie es Ducky (Jon Cryer), un muchacho algo atolondrado que se ha enamorado de su amiga de la infancia y tendrá que hacer frente a la peor noticia: Angie se siente atraída por un niño rico (Andrew McCarthy).

No deja de ser una comedia más sobre adolescentes, sin demasiadas novedades ni interés. Quizá lo mejor sea la relación de la protagonista con su padre, lo que constituye la parte más tierna e interesante del argumento. Tampoco se abusa de los tópicos ni se presenta la historia como un video-clip. Sencillamente se cuenta una historia de amor entre adolescentes que resulta entretenida y convincente.

Como curiosidad, podemos descubrir a algunas futuras estrellas en sus primeros trabajos, como Gina Gershon o James Spader. Por contra, los dos protagonistas principales (Molly Ringwald y Andrew McCarthy) no tendrían una carrera posterior demasiado brillante.

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