El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 10 de mayo de 2010

Amadeus




Dirección: Miloš Forman.

Guión: Peter Shaffer (Obra: Peter Shaffer).

Música: Wolfgang Amadeus Mozart.

Fotografía: Miroslav Ondricek.

Reparto: Tom Hulce, F. Murray Abraham, Elizabeth Berridge, Simon Callow, Roy Dotrice, Christine Ebersole, Jeffrey Jones, Charles Kay.

Amadeus (1984) es una de esas grandes películas que se han hecho un hueco en la historia del cine. Adaptación de una obra teatral de Peter Shafer, que hace el guión de la película, el film es un prodigio de ambientación, de puesta en escena, decorados suntuosos y el ejemplo de cómo debe hacerse una biografía original y poderosa de uno de los mayores artistas de la historia.
La película cuenta como un compositor, Salieri (F. Murray Abraham), que ha alcanzado cierto prestigio como músico en Viena, se ve desplazado por el talento de un jóven genio, Mozart (Tom Hulce). Salieri no podrá evitar sentir unos celos y una envidia hacia él cada vez más devastadores.
Quizá lo primero que tendríamos que resaltar es la meticulosa e impresionante recreación de la época, con un derroche de medios y un cuidado por los detalles exquisito. Algunas recreaciones de las representaciones de las óperas de Mozart son realmente impresionantes. Amadeus es, estéticamente, una obra grandiosa y sorprendente, de una belleza excepcional.

Pero el acierto de Miloš Forman es que no se queda en la superficie. Si se hubiera limitado a una puesta en escena espectacular, hablaríamos quizá de una buena película simplemente. El acierto reside en que cuidado en las formas los sigue también con los personajes, que son retratados con meticulosidad y profundidad.
A pesar de la larga duración de la película (158 minutos en la versión original de 1984 y 180
en la versión de 2002 y DVD), Miloš Forman consigue un ritmo preciso y una puesta en escena deslumbrante que nos permite disfrutar sin fatiga de esta maravillosa historia.
La banda sonora, compuesta por obras de Mozart principalmente, aunque también encontraremos en ella a Bach y Salieri, es deliciosa, como no podía ser de otra manera. Las escenas de Amadeus componiendo su "Requiem", enfermo, con "Lacrimosa" de fondo, son de una belleza sobrecogedora.

El reparto es soberbio. Tom Hulce nos trasmite toda la frivolidad, alegría de vivir e inconsciencia de su personaje, componiendo un Mozart infantil e insolente que llena de vida la pantalla; mientras que F. Murray Abraham, en el papel de su vida, está perfecto en su interpretación de un ser mediocre, amargado y corroído por los celos, aunque al mismo tiempo rendido al prodigioso talento de su rival, lo que lo sume en un mar de sentimientos encontrados. Al final, es Salieri, con su maldad tan cercana, tan humana, quién acaba siendo quizá mucho más protagonista que Amadeus.
Pero hay algo más en esta película. Un sutil juego que nos engaña. ¿De verdad estamos viendo la biografía de Mozart?, ¿era así realmente el compositor? Recordemos que Mozart nos es presentado por Salieri, un Salieri loco. Surge entonces, inevitable, la pregunta: ¿no estaremos conociendo a Mozart tal y como lo veía Salieri?, los celos de éste ¿no nos ofrecen una imagen deformada de su rival?, si así fuera es evidente que no sabríamos nada del verdadero Mozart.
Ahí queda la duda. 
La película ganó 8 Oscars de 11 nominaciones: película, director, vestuario, maquillaje, actor (F. Murray Abraham), decorados, sonido y guión. 

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