El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 4 de mayo de 2010

Ejecución inminente



Dirección: Clint Eastwood.
Guión: Larry Gross, Paul Brickman y Stephen Schiff (Novela: Andrew Klavan).
Música: Lennie Niehaus.
Fotografía: Jack N. Green.
Reparto: Clint Eastwood, Isaiah Washington, James Woods, Denis Leary, Lisa Gay Hamilton, Diane Venora, Bernard Hill.

Un joven negro (Isaiah Washington) espera en el corredor de la muerte su ejecución. El último día de su vida tiene que ser entrevistado por una periodista, para un reportaje típico y conmovedor. Pero la periodista muere en accidente de tráfico y el periódico encarga a Steve Everett (Clint Eastwood), un periodista ex-alcóholico y mujeriego en caída libre, que haga esa última entrevista. Al documentarse sobre el caso, Everett tiene la corazonada que el condenado es en realidad inocente del crimen del que se le acusa.

Clint Eastwood es un excelente profesional y en los últimos años nos ha dejado muestras incontestables de su talento (Sin perdón, 1992, Millon Dolar Baby, 2004, serían los mejores ejemplos). Ejecución inminente (1999) no está a  la altura de las películas antes citadas, pero aún así es una buena obra. Lástima de algunos detalles que, de haberse evitado, hubieran ayudado a un resultado mejor.

El personaje de Eastwood, por ejemplo, suena a demasiados tópicos juntos: periodista de gran talento pero venido a menos por culpa de sus vicios y que tira por tierra su profesión y su familia pero que, en un último arranque de dignidad y de amor propio logra redimirse con un gran trabajo. No sólo está muy visto, sino que la edad del actor hace que no encaje del todo en su papel. En especial con el tema de su lío con la esposa de un compañero de trabajo veinte años más joven que él. No es que resulte imposible, pero sí que cuesta convencerse de ello.

También está un poco cogido por los pelos el que en menos de un día el periodista resuelva un caso que en seis años, y con las consabidas apelaciones, no había avanzado ni un milímetro en la salvación de un inocente. La premura de tiempo es verdad que añade intensidad a la parte final de la película, que parece que era lo que se deseaba; pero la historia era ya bastante interesante como para poder pasarse de esa tensión, que tampoco es que aporte demasiado al argumento.

Porque lo interesante de la película es, finalmente, la relación del preso con su familia (la escena de la hija despidiéndose del padre para siempre pone los pelos de punta), en cómo puede una persona asumir que no volverá a estar con sus seres queridos y, además, sabiendo que es inocente. Esta parte de la película, además de estar maravillosamente contada, es la que se muestra más sincera y más auténtica.

El reparto resulta excelente, tanto por parte de los actores consagrados (Eastwood y James Wood) como de otros menos conocidos, pero igualmente convincentes, como Isaiah Washington, Lisa Gay Hamilton (la esposa del condenado) o Bernard Hill (el alcaide de la prisión, que aparecerá como el rey Théoden de Rohan en Las dos torres y El retorno del Rey, segunda y tercera entrega de la trilogía de El Señor de los Anillos).

Como dato curioso, señalar que parte de la familia del director interviene en la película: su verdadera hija interpreta ese mismo papel en la cinta y aparecen su esposa, como periodista de televisión, y su ex-esposa en el papel de fiscal.

Una obra de Eastwood nunca decepciona, aún cuando, como ésta, no logre alcanzar la excelencia. Pero Ejecución inminente contiene muy buenos momentos y un tono general que la convierten en una buena película.

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