El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Los increíbles



Bob Parr, Mr Increíble, era uno de los mejores superhéroes. Sin embargo, presionados por la opinión pública, los superhéroes han tenido que cambiar de vida. Ahora trabaja como agente de seguros y lleva una vida normal al lado de su esposa (antigua superheroina también) y sus tres hijos. Sin embargo, Bob no es feliz con la vida que lleva y está deseando poder volver a la acción.

Nuevo éxito de la factoría Pixar, la empresa más dinámica y con más éxito en Hollywood. Tras Toy story, Bichos o Buscando a Nemo, decidieron probar algo nuevo y le dieron cancha a Brad Bird para que desarrollara su proyecto. El resultado es un film sorprendente y maravilloso, lleno de ritmo y con unos dibujos geniales pero que no se contenta con eso solamente, Los increíbles (2004) plantea también algunas reflexiones acerca del ser humano muy interesantes.

El éxito del film es saber contentar a todos los públicos. Bajo la apariencia de un producto para niños, la animación moderna ha sabido encontrar la manera de contentar al público adulto. Hoy en día, cualquier estreno de una película de dibujos ya no se ve como algo limitado a los niños. Y Los increíbles es quizá más un film de adultos que de niños. Éstos se divertirán, naturalmente, pues la historia rebosa acción y los dibujos son excelentes; pero la película, un homenaje a los años 50 con un delicioso estilo retro, está más enfocada al público adulto, con una reflexión sobre la crisis de los cuarenta, sobre lo aburrido de una vida rutinaria y gris y el deseo de evasión y de sentirse vivo del ser humano.

Un film, por lo tanto, altamente recomendable, muy divertido, lleno de alicientes y que nos hará pasar un gran rato.

La película ganó dos Oscars de cuatro nominaciones: mejor película de animación y mejores efectos sonoros.

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