Cuatro estudiantes de un elitista colegio británico desaperecen sin dejar rastro. Dos semanas más tarde, Liz (Thora Birch), una de ellos, aparece de repente y cuenta que se habían quedado encerrados en un bunker subterráneo.
The hole (Nick Hamm, 2001) arranca con un interesante planteamiento, pues sólo a través de la versión de Liz podremos conocer lo que realmente ha sucedido en ese bunker. Así la historia se va reconstruyendo a partir de su relato o, mejor dicho, de sus relatos, pues en realidad nos cuenta la historia de dos maneras diferentes. La primera se adivina en seguida como falsa, lo que da lugar a cierta expectación por llegar a conocer exactamente lo sucedido.Para no desvelar de golpe parte de la trama, el guión nos oculta desde el principio la suerte de los jóvenes; sólo se dice literalmente que "han aparecido" por fin. Vemos pues como lo que el director pretender desde el principio es ocultarnos datos esenciales para mantenernos intrigados el mayor tiempo posible. Una vez vista la película se entiende que ésta es la única forma posible de abordar la trama.
Hasta aquí, nada que reprochar. Lo siguiente es ya más complicado: mantener nuestro interés desde el momento en que se revela como inexacta la primera versión de lo sucedido. Y es entonces cuando la película comienza a flaquear. Es de nuevo por culpa de un guión poco trabajado, que se limita a un relato superficial de los hechos y un tratamiento poco profundo de los personajes.La historia transcurre así sin llegar a cautivarnos, no nos conmueven unos personajes de los que apenas sabemos nada; incluso lo poco que podemos adivinar sobre ellos queda relativizado por el planteamiento inicial de Hamm: como conocemos la historia exclusivamente a través de los ojos de Liz y al saber ya que su primera versión de los hechos no es real, ello siembra dudas sobre la veracidad del resto (por ejemplo,en esa primera versión conocemos a una Liz cándida y sencilla, pero en la segunda aparece como una chica frívola y superficial, con lo que dudamos ya de la verdadera personalidad de todos los personajes).
Cuando llegamos realmente a conocer a Liz, sus motivaciones y sus miserias, es realmente tarde; nos encontramos al final ya de una historia que se volvió poco a poco bastante previsible y por la que hemos pasado casi como meros convidados de piedra.Lástima, pues el tema daba para mucho más.
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