El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 27 de mayo de 2010

El Señor de los Anillos: Las dos torres



Dirección: Peter Jackson.
Guión: Peter Jackson, Fran Walsh, Philippa Boyens y Stephen Sinclair (Novela: J. R. R. Tolkien).
Música: Howard Shore.
Fotografía: Andrew Lesnie.
Reparto: Elijah Wood, Viggo Mortensen, Ian McKellen, Sean Astin, Liv Tyler, John Rhys-Davies, Christopher Lee, Orlando Bloom, Miranda Otto, Andy Serkis, Billy Boyd, Dominic Monaghan.
 
Segunda entrega de la trilogía de Jackson basada en el libro de Tolkien y que prosigue la historia donde la había dejado la primera entrega, El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo (2001), este film debe verse como una parte de un solo film cuya gran duración recomendaba su entrega en tres partes.

En El señor de los Anillos: Las dos torres (2002) la Compañía del Anillo se ha disuelto y debe seguir distintos derroteros y así el argumento se reparte entre Frodo (Elijah Wood) y su inseparable Sam (Sean Astin) que prosiguen el camino para destruir el Anillo y el resto de compañeros, salvo el desaparecido Gandalf (Ian McKellen), que van en busca de Merry (Dominic Monaghan) y Pippin (Billy Boyd), en poder de los orcos.

Esta segunda entrega es tal vez la más floja de la trilogía, al menos en el plano argumental, al encontrarse un poco en tierra de nadie: ni nos presenta a los personajes y la historia, con el efecto sorpresa que supone, ni nos ofrece el desenlace; por ello la emoción no es tan intensa como en las otras entregas. Sin embargo, Jackson lo compensa con alguna batalla asombrosa, como la del Abismo de Helm, quizá lo mejor de esta segunda parte, donde los efectos especiales brillan poderosamente. Además, el director consigue ir creando una tensión en aumento conforme se acerca la batalla hasta que, cuando las tropas de Sauron (un siempre inquietante Christopher Lee) sitian la fortaleza la emoción alcanza un nivel incontenible.

Dentro de la fidelidad al relato escrito con que el director había afrontado el proyecto, es una pena que se aparte por momentos y se deje llevar por el efectismo un tanto absurdo, planteado sin duda para aligerar la tensión pero que echa por tierra la verosimilitud que envuelve este relato fantástico. Algunos ejemplos de ésto los encontramos precisamente en la magnífica secuencia de la batalla en el Abismo de Helm, donde Jackson se permite algunos numeritos circenses poco afortunados (Legolas bajando las escaleras como si hiciera surf, saltos descomunales, disparos increíbles, ...).

Por suerte, son detalles mínimos. El tono general sigue con la grandiosidad de la primera entrega: paisajes bellísimos, una historia que no da tregua y de nuevo la lucha por la libertad, la camadería sin límites, el valor, la entereza y el sacrificio ensalzados al máximo y una aventura que sigue su marcha imparable hasta dejarnos a las puertas de la última entrega con el corazón en un puño.

En esta ocasión, la película obtuvo solamente dos Oscars (mejores efectos sonoros y visuales) de seis nominaciones en total. Pero quedaba la tercera parte y Peter Jackson se desquitaría sobradamente.

1 comentario:

  1. Jackson se desquitó con la tercera entrega, vimos una gran película, pero acabo de ver la segunda en HBO GO y me gustó un buen, tiene que ser en un buen sitio para disfrutarla.

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