El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 6 de mayo de 2010

Johnny Guitar



Dirección: Nicholas Ray.
Guión: Philip Yordan (Novela: Roy Chanslor).
Música: Victor Young.
Fotografía: Harry Stradling.
Reparto: Joan Crawford, Sterling Hayden, Scott Brady, Mercedes McCambridge, Ward Bond, Ernest Borgnine, John Carradine, Royal Dano, Ben Cooper.

Vienna (Joan Crawford), dueña de un saloon, contrata a un antiguo pistolero, Johnny Guitar (Sterling Hayden), para que le ayude en el negocio. Este también fue su compañero sentimental en otros tiempos.
Estamos ante uno de los westerns más originales y novedosos jamás filmados. Pertenece a esa corriente que pretendía dotar al género de nuevas temáticas, planteamientos más profundos y mensajes ocultos dentro de un formato tipificado. Es por todo ello que, en una primera aproximación, la película puede resultar extraña, pues rompe con muchos de los elementos más clásicos del cine del oeste. Es necesaria una revisión más meticulosa para comprender todo su significado.
Por otro lado, Johnny Guitar (1954) es una película adelantada a su tiempo, por lo que se topó con variados problemas con la crítica y la moralidad del momento.
Para empezar, los roles están cambiados. Es Vienna, una mujer, la verdadera protagonista, en el papel normalmente reservado al hombre. El duelo final, tan típico de estos films, tiene lugar entre dos mujeres: Vienna y Emma (Mercedes McCambridge), el papel del malvado del film en manos de otra mujer. Aquí, el hombre- Johnny- se presenta en una actitud pasiva, ha cambiado la pistola por la guitarra, es una especie de corista.
Y esta inversión de los papeles da lugar a una especie de extraño erotismo, un juego soterrado en el que Vienna parece someter a los hombres. Quizá hoy no resulte tan llamativo, pero en su época resultó de un erotismo casi intolerable.
Otro de los aspectos más originales de la película es la original y sofisticada puesta en escena. El propio Nicholas Ray reconocía que era la puesta es escena más barroca que había llevado a cabo, con un uso del color exagerado, lo que se reforzaba por la técnica de Trucolor utilizada en la fotografía del film. Así, los contrastes son constantes entre los decorados y los vestidos de Vienna, como cuando ésta aparece con un espectacular vestido blanco resaltando sobre un fondo rojizo.
Y dentro de esa corriente de westerns "con mensaje" a la que aludía antes, remarcar que la película pretende ser una ataque directo al macarthismo y su nefasta "caza de brujas"; así, el senador McCarthy tiene su papel en el film en la figura del juez McIvers (Ward Bond). La película también critica sin piedad el puritanismo, en este caso encarnado en la figura de Emma, y realizado sin ningún tipo de disimulo. Con estas cartas en la mano, no extrañan los despiadados ataques que tuvo que soportar en su estreno.
Una obra, en resumen, muy densa, donde debemos fijarnos con especial atención en unos diálogos cargados de segundas lecturas y que, con el paso de los años, se ha ganado por méritos propios un lugar en la historia del cine.

1 comentario:

  1. Curiosidad: estoy viendo en TV3 Geat day in the morning ( 1956 ) y juraría que el escenario del Saloon es el mismo que en Johnny Guitar. Observación friki, lo se.

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