El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 6 de mayo de 2010

Eyes Wide Shut



William Harford es un hombre de éxito: es un médico famoso, es rico y está casado con una bella mujer. Sin embargo, su vida sufrirá una terrible sacudida cuando su esposa le confiese que, en cierta ocasión, estuvo a punto de abandonarlo por otro hombre.
Última película del fallecido Kubrick, cineasta ciertamente ambicioso y polémico, con una filmografía que ha ido de más a menos con el paso de los años. Así, en sus primeros trabajos, Kubrick parecía centrarse más en el contenido de sus films, si bien siempre con una cuidada puesta en escena (Atraco perfectoEspartaco, Senderos de gloria, Lolita, ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú). Pero poco a poco ha ido concediendo más importancia a la forma que al contenido, llegando a crear auténticas obras de arte en el aspecto visual y sonoro, aunque cada vez más vacías de contenido.Y Eyes Wide Shut (1999) es buena prueba de ello.
Cuando un film despierta tantos comentarios como éste sobre aspectos puramente superficiales, como las escenas de sexo, malo. Pero si encima, éstos aspectos resultan ser lo único sobre lo que puede opinarse..., mucho peor. Y es que la historia se resume en una simple cuestión de celos, pero donde lamentablemente se opta por un enfoque externo, donde prima la ostentación, el deslumbrarnos con una perfección formal irreprochable, pero a la que no acompaña la historia, tratada de manera demasiado superficial.
Echo de menos una mayor profundización en el conocimiento de los personajes, sus miedos, sus frustaciones, sus rutinas. La crisis del matrimonio no se enfoca desde dentro, parece ser tan sólo la excusa para un ejercicio de estilo muy cuidado pero que, personalmente, me deja bastante indiferente.
También tendrá algo que ver la elección de Tom Cruise para el papel principal. Es un actor que no me dice nada, su actuación llena de tics ( presentes en cada actuación suya de manera repetitiva) me resulta de lo más artificial, lo que me impide involucrarme realmente en la historia.
Un tema que podía haber dado mucho más de sí y que, lamentablemente, se desaprovecha, rozando simplemente la superficie con una ligereza condensada en la frase final de la esposa: "hay que follar más". Para llegar ahí, podía haberse ahorrado una hora de película.
Al final, después de tanto artificio, queda un mensaje simple y muy tradicional: ojo con las infidelidades, ojo al sida, a los peligros a que nos puede llevar la pasión. Lo mejor: en casita con la pata quebrada. Lo malo es que nos puede quedar la duda de si se queda con la esposa por miedo o por amor.

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