Dirección: Stanley Kubrick.
Guión: Stanley Kubrick y Frederic Raphael (Relato: Arthur Schnitzler).
Música: Jocelyn Pook.
Fotografía: Larry Smith.
Reparto: Tom Cruise, Nicole Kidman, Sydney Pollack, Marie Richardson, Rade Sherbedgia, Todd Field, Vinessa Shaw, Alan Cumming, Sky Dumont, Fay Masterson, Leelee Sobieski, Thomas Gibson, Madison Eginton.
William Harford es un hombre de éxito: es un médico famoso, es rico y está casado con una bella mujer. Sin embargo, su vida sufrirá una terrible sacudida cuando su esposa le confiese que, en cierta ocasión, estuvo a punto de abandonarlo por otro hombre.
Última película del fallecido Kubrick, cineasta ciertamente ambicioso y polémico, con una filmografía que ha ido de más a menos con el paso de los años. Así, en sus primeros trabajos, Kubrick parecía centrarse más en el contenido de sus films, si bien siempre con una cuidada puesta en escena (Atraco perfecto, Espartaco, Senderos de gloria, Lolita, ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú). Pero poco a poco ha ido concediendo más importancia a la forma que al contenido, llegando a crear auténticas obras de arte en el aspecto visual y sonoro, aunque cada vez más vacías de contenido. Y Eyes Wide Shut (1999) es buena prueba de ello.Cuando un film despierta tantos comentarios como éste sobre aspectos puramente superficiales, como las escenas de sexo, malo. Pero si encima, éstos aspectos resultan ser lo único sobre lo que puede opinarse..., mucho peor. Y es que la historia se resume en una simple cuestión de celos, pero donde lamentablemente se opta por un enfoque externo, donde prima la ostentación, el deslumbrarnos con una perfección formal irreprochable, pero a la que no acompaña la historia, tratada de manera demasiado superficial.
Echo de menos una mayor profundización en el conocimiento de los personajes, sus miedos, sus frustaciones, sus rutinas. La crisis del matrimonio no se enfoca desde dentro, parece ser tan sólo la excusa para un ejercicio de estilo muy cuidado pero que, personalmente, me deja bastante indiferente.También tendrá algo que ver la elección de Tom Cruise para el papel principal. Es un actor que no me dice nada, su actuación llena de tics (presentes en cada actuación suya de manera repetitiva) me resulta de lo más artificial, lo que me impide involucrarme realmente en la historia.
Un tema que podía haber dado mucho más de sí y que, lamentablemente, se desaprovecha, rozando simplemente la superficie con una ligereza condensada en la frase final de la esposa: "... hay algo muy importante que debemos hacer lo antes posible: follar". Para llegar ahí, podía haberse ahorrado una hora de película. De hecho, si Kubrick hubiera dado más ritmo a los diálogos y acortado todo lo que sucede en la mansión, Eyes Wide Shut no llegaría a ser un largometraje.Al final, después de tanto artificio, queda un mensaje simple y muy tradicional: ojo con las infidelidades, ojo al sida, a los peligros a que nos puede llevar la pasión. Lo mejor: en casita con la pata quebrada. Lo malo es que nos puede quedar la duda de si se queda con la esposa por miedo o por amor.
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