Dirección: Steven Zaillian.
Guión: Steven Zaillian (Novela: Jonathan Harr).
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Conrad L. Hall.
Reparto: John Travolta, Robert Duvall, Stephen Fry, James Gandolfini, Dan Hedaya, Zeljko Ivanek, John Lithgow, William H. Macy, Kathleen Quinlan, Tony Shalhoub, Bruce Norris, Sydney Pollack.
Jan Schlichtmann (John Travolta) es un abogado especializado en pleitos con lesiones que se ocupa solamente de aquellos casos en que ve una ganancia económica importante. Por ello, al principio rechaza ocuparse del caso de la señora Anderson (Kathleen Quinlan), cuyo hijo murió de leucemia debido al parecer al agua contaminada de sus tierras, pues no ve beneficio en esa causa.
Acción civil (1998) recuerda mucho a Erin Brockovich (Steven Soderbergh, 2000), por ocuparse de un tema muy parecido. Sin embargo, el tratamiento es bastante diferente.
El tema de un juicio contra dos grandes empresas sospechosas de ser las responsables de la muerte de ocho niños, entre otras víctimas, por contaminar el agua cerca de un pequeño pueblo tiene de entrada un innegable atractivo. En realidad, cualquier film con un juicio de por medio resulta muy apetecible, pues da lugar normalmente a un sutil juego del gato y el ratón entre dos partes bien definidas y claramente enfrentadas por intereses opuestos.
Que el caso que sirve de base a Acción civil sea auténtico añade un plus de verosimilitud a la historia, aunque ello solo quiera decir que se trata de una ficción con una base real.
Para salirse de los caminos más transitados en este tipo de películas, Zaillian, guionista de nada menos que La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993), decide orientar la película hacia los aspectos más técnicos de este tipo de procesos, además de centrarse más en los abogados que en las víctimas. Esto tiene el acierto de que la película es un interesante análisis de los procesos judiciales, con sus trampas, sus faroles y sus mentiras. No se trata, como afirma el cínico abogado Jerome Facher (Robert Duvall), de buscar la verdad, sino de un proceso civil donde parece constatarse que no gana quién tiene razón, sino quien es capaz de resistir más y para eso hace falta dinero. Como en todo, finalmente es el dinero el que mueve los hilos.
Así además es como se presenta a Jan Schlichtmann, un abogado que evalúa los casos en función de los posibles beneficios. Por eso mismo, su transformación en una persona que decide pelear por las víctimas de la contaminación resulta lo menos creíble de un film bastante comedido y realista en su concepción y desarrollo. Supongo que es el peaje que el director está dispuesto a pagar para añadir algo de ética a un relato bastante amoral y descorazonador.
Apoyando decididamente la opción elegida por su director, hemos también de convenir que ello provoca también que la película pierda intensidad, al dejar de lado el filón sentimental de las víctimas y elegir un desarrollo mucho más técnico y frío donde el único drama parece ser la ruina del modesto despacho de abogados del protagonista para poder costear un pleito farragoso y largo; y la ruina de unos abogados no inspira realmente mucha compasión en el público en general.
También hay que reconocer algunos fallos a la hora de contar la historia por parte del director que a veces parece preferir la originalidad en la narración a la eficacia probada de ciertos recursos. Sin embargo, a pesar de todo, Acción civil se mantiene como un retrato bastante coherente de los entresijos judiciales, donde la verdad o la justicia parecen quedarse al margen. Además, la cinta cuenta con un magnífico reparto con nombres tan reputados como William H. Macy, Tony Shalhoub, John Lithgow, John Travolta y Robert Duvall.
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