Dirección: Jacques Tourneur.
Guión: Philip MacDonald.
Música: Robert Farnon.
Fotografía: Oswald Morris (B&W).
Reparto: Ray Milland, Patricia Roc, Marius Goring, Hugh Sinclair, Naunton Wayne, Edward Rigby, Marjorie Fielding, John Bailey.
Clay Douglas (Ray Milland) viaja a Gran Bretaña para averiguar las circunstancias de la muerte de su hermano durante la Segunda Guerra Mundial.
Curioso film inglés dirigido por un Jacques Tourneur que sin embargo no logra sobreponerse a un guión bastante flojo.
El principal problema de Círculo de peligro (1951) es que el argumento desaprovecha las posibilidades de una historia prometedora. Clay desea saber cómo murió su hermano pequeño, pues sospecha que pudo haber sido asesinado por uno de sus compañeros.
Sin duda, un planteamiento cargado de posibilidades, pues encontrar al asesino ofrece un punto de llegada que garantiza el interés del espectador durante toda la película. Por desgracia, las investigaciones de Clay son rutinarias, limitándose a entrevistarse con los compañeros de su hermano y en cada ocasión la respuesta es la misma: no estaban presentes en la escena del crimen y no pueden ayudarlo. Como este proceso se repite sin variaciones a lo largo de demasiados minutos, el interés inicial se debilita y el film se vuelve rutinario y monótono, hasta el punto que a mitad del metraje estamos ya cansados y tan solo deseamos que llegue el desenlace lo antes posible.
Hay un elemento que podría haber amenizado la investigación, como es la historia de amor entre Clay y la señorita Elspeth Graham (Patricia Roc), a la que el protagonista conoce en Escocia. Pero de nuevo el guión se muestra poco inspirado y trata el romance de un modo poco interesante, limitándose a citas anodinas a las que invariablemente Clay llega tarde, provocando el enfado de Elspeth. De nuevo, otro tema desaprovechado al tratarlo también de un modo repetitivo y sin profundizar ni en los personajes ni en sus sentimientos.
Pero el final, desgraciadamente, tampoco ayuda a que nos quedemos con un buen sabor de boca. La resolución del misterio de la muerte del hermano de Clay tiene lugar de un modo vulgar, sin fuerza y confirma la poca intensidad del argumento. Y lo mismo sucede con la reconciliación de Clay y Elspeth, resuelta con tan poca emoción que resulta desconcertante.
En definitiva, una película poco inspirada que no logra implicarnos en ninguna de sus dos tramas y desaprovecha un material que habría dado para mucho más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario