Dirección: Nicholas Hytner.
Guión: Alan Bennett (Libro: Alan bennett).
Música: George Fenton.
Fotografía: Andrew Dunn.
Reparto: Maggie Smith, Alex Jennings, Jim Broadbent, Frances De La Tour, Roger Allam, Deborah Findlay, Gwen TaylorPandora Colin, Nicholas Burns, David Calder.
Mary Shepherd (Maggie Smith), una anciana que vive en su furgoneta decide aparcarla en Camden Town, en Londres. Una estancia que terminará prolongando durante quince años, tiempo en que nacerá una curiosa amistad con Alan Bennett (Alex Jennings), un escritor que cuidará de ella.
Si no se aclarara al comienzo de The Lady in the Van (2015) que estamos ante una historia basada en hechos reales, nos costaría admitir como verosímil un argumento como el presente. Pero como se sabe, la realidad supera a la ficción.
Es evidente que tenemos que hablar especialmente de Maggie Smith y su excelente trabajo. Sin duda, es una de esas actuaciones que quedan señaladas en una carrera. Sin embargo, asentar toda la valoración de la cinta en su trabajo es excesivo; un film debe ser algo más para que me emocione y The Lady in the Van termina resultando mucho menos interesante de que lo me había imaginado.
Tal vez porque esperaba que la señora Shepherd acabara desvelando algún secreto de su pasado que diera sentido al relato de su vida en Camden Town. Es cierto que se intuye un accidente que puede resultar interesante al comienzo del relato pero al final se queda el hecho más en una anécdota, pues apenas tiene incidencia en la historia. Lo mismo que la afición por la música de la protagonista, que no se explota más que en cuentagotas.
Finalmente, entonces, nos queda la relación de la excéntrica señora con su vecino Alan y tampoco aquí encuentro nada realmente emocionante. Incluso el recurso de desdoblar a Alan en dos personas, el escritor y el simple vecino, es una idea que aparte de su originalidad tampoco proporciona nada especial. Lo más interesante sin duda son las sentencias de la señora Shepherd, siempre sorprendentes y a veces realmente curiosas. Pero me parece insuficiente como para sostener un film por entero.
De hecho, en algunos momentos se hace algo pesado, por la reiteración de situaciones sin muchas variaciones, de manera que incluso el final termina por hacerse demasiado largo, pues ya estaba un tanto fatigado y estaba deseando el final de la historia, lo cuál no dice mucho en su favor.
Eché en falta algo más de imaginación y emoción en el relato, que no deja de ser una curiosa historia que entretiene por salirse de lo habitual, pero que en esencia tiene realmente poco para emocionarnos.
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