El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 23 de abril de 2023

Emma



Dirección: Diarmuid Lawrence.

Guión: Andrew Davies (Novela: Jane Austen).

Música: Dominic Muldowney.

Fotografía: Remi Adefarasin.

Reparto: Kate Beckinsale, Mark Strong, Prunella Scales, Bernard Hepton, Raymond Coulthard, Dominic Rowan, Lucy Robinson, Samantha Morton. 

Emma Woodhouse (Kate Beckinsale) es una joven que no siente inclinación alguna hacia su propio matrimonio, pero en cambio no duda en emparejar a conocidos, aunque no siempre sus consejos resultan ser los más acertados.

En 1996 se realizaron dos adaptaciones de la novela de Jane Austen, la dirigida por Douglas McGrath y protagonizada por Gwyneth Paltrow y esta adaptación televisiva de notable calidad.

Sin haber leído la novela de Jane Austen, parece que esta Emma es bastante fiel al original. Pero uno de los aspectos que más me han gustado de esta película es que los personajes están tratados con respeto, cosa que en otras adaptaciones de novelas de esta escritora no sucede, cayendo a menudo en la caricatura algo burda. 

Sin embargo, lo que no podemos elogiar es la puesta en escena que carece realmente de brillantez. No quiero decir que se trata de un fallo notable, pero es cierto que ni la fotografía ni los decorados resultan realmente espectaculares, cumplen con su cometido pero son modestos.

En cambio, Kate Beckinsale me ha parecido realmente perfecta en su papel; es difícil no rendirse a su encanto y frescura y lo mismo habría que decir de Samantha Morton, que encarna a la inocente y confiada Harriet con tal convicción y naturalidad que su presencia resulta siempre conmovedora. La escena en el baile es realmente maravillosa gracias a su aire desvalido y una sonrisa llena de luz.

Es cierto que parece un tanto complicado adaptar una novela con tantos personajes que se entremezclan constantemente. A veces uno puede perder fácilmente el hilo de las relaciones y es cierto que el trabajo de Diarmuid Lawrence no es siempre brillante, pero si somos capaces de seguir el curso de los acontecimientos disfrutaremos de unas complejas relaciones sociales que reflejan muy acertadamente la sociedad en la que suceden, marcada por la estricta diferencia de clases, las apariencias, cierta hipócrita buena educación y el papel de la mujer, claramente dependiente de los hombres. Es por ello que el personaje de Emma destaca especialmente por su deseo de independencia y de permanecer soltera, pues su situación económica desahogada le permite no tener que recurrir a un buen casamiento para asegurarse el futuro.

También debido a las limitaciones de toda adaptación al cine de una obra literaria, echamos de menos algo más de profundidad en algunos protagonistas, como por ejemplo el señor Knightley (Mark Strong), del que conocemos muy poco para la importancia que tiene en la historia. 

A pesar de todas las carencias que evidentemente tiene la película, el conjunto termina resultando muy entretenido y se agradece la seriedad con la que está tratada la historia, pues asegura que participemos de las desventuras de los protagonistas mucho más implicados que bajo un tratamiento más ligero. Sin nada excepcional, es una película bastante equilibrada. 

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