El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 8 de abril de 2023

Antes que el diablo sepa que has muerto



Dirección: Sidney Lumet.

Guión: Kelly Masterson.

Música: Carter Burwell.

Fotografía: Ron Fortunato.

Reparto: Philip Seymour Hoffman, Ethan Hawke, Marisa Tomei, Albert Finney, Michael Shannon, Amy Ryan, Brían F. O´Byrne, Rosemary Harris.

Necesitando conseguir dinero como sea, Andy (Philip Seymour Hoffman) convence a su hermano Hank (Ethan Hawke), también con apuros económicos, para atracar la joyería de sus padres. Es un trabajo sencillo que les solucionará la vida, pero algo sale mal.

Antes que el diablo sepa que has muerto (2007) nos permite disfrutar de un veterano en la dirección como Sidney Lumet, que con 83 años demuestra una energía envidiable.

La película es un tremendo drama familiar, aunque quizá le vendría mejor el calificativo de tragedia, pues todo lo que hacen Andy y Hank parece marcado por un destino funesto del que no pueden escapar y que hunde sus raíces en una institución aparentemente tan inofensiva como la familia.

Pero los traumas que aquejan a Andy vienen de su infancia, cuando se sentía casi excluido del núcleo familiar, con un padre (Albert Finney) muy duro con él, lo que le ha marcado de por vida. Ojo por lo tanto a la infancia, que suele marcar a las personas mucho más de lo que se podría suponer.

Pero Andy además es un drogadicto endeudado por su adicción y con un matrimonio que ya no funciona. Su hermano Hank siempre ha sido el hijo mimado y ahora es un adulto que aún no ha madurado, se ha divorciado y debe varios meses de la manutención de su hija. Es un verdadero desastre que se deja manipular fácilmente por Andy, que lo convence para atracar la joyería de sus padres. 

Cuando todo se estropea, Andy y Hank verán como su vida comienza a desintegrarse sin remedio. Hank es víctima de un chantaje, Andy sufre una inspección en el trabajo de la que no va a salir bien parado y su mujer (Marisa Tomei) decide abandonarlo después de confesarle que le ha sido infiel con Hank. Con estos acontecimientos, es evidente que todo va a precipitarse irremediablemente. 

Sin embargo, el desenlace me pareció excesivo. Se puede entender tal vez desde la perspectiva de una tragedia clásica, donde cualquier exceso parecía admisible, pero creo que el guión ha jugado una carta demasiado alta. 

Tampoco me convenció demasiado la manera que tiene el director de contarnos la historia, a base de flashbacks que van volviendo sobre lo narrado para mostrarnos los acontecimientos desde el punto de vista de otro personaje, al estilo de Akira Kurosawa en Rashomon (1950). Es un recurso válido y Sidney Lumet lo lleva con buen criterio, pero no deja de convertir la narración en algo forzado y repetitivo y además anticipa el drama del atraco con lo que, al volver atrás en el tiempo, sabemos el desenlace de antemano, lo que resta fuerza a esa momento de la historia. Además, alarga demasiado la parte central que llega resultar un poco pesada.

En lo que no hay ninguna duda es en el acierto con el reparto. Philip Seymour Hoffman vuelve a dar una lección de interpretación y Ethan Hawke está igualmente soberbio. El veterano Albert Finney y la maravillosa Marisa Tomei completan un elenco excelente.

He comprobado que cuando una película aborda argumentos extremos suele recibir buenas críticas. Y no digo que Antes que el diablo sepa que has muerto no reúna méritos más que sobrados para considerarlo un film muy recomendable, pero yo evitaría adjetivos demasiado inflados: tiene grandes aciertos, pero también lagunas importantes, como algunos personajes que no terminan de adquirir la dimensión deseable, como los de Marisa Tomei y Albert Finney o esa pérdida de fuerza en alguno momentos, haciendo que sintamos que el desarrollo se hace pesado en el tramo intermedio. Aún así, es un film por encima de la media de lo que estamos acostumbrados a ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario