El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 8 de abril de 2023

Amigos de más



Dirección: Michael Dowse.

Guión: Elan Mastai (Obra: T. J. Dawe y Michael Rinaldi).

Música: AC Newman.

Fotografía: Rogier Stoffers.

Reparto:  Daniel Radcliffe, Zoe Kazan, Megan Park, Adam Driver, Mackenzie Davis, Rebecca Northan, Jemima Rooper, Rafe Spall.

Wallace (Daniel Radcliffe) y Chantry (Zoe Kazan) se conocen en una fiesta y se compenetran de maravilla desde el primer momento. Pero Chantry tienen novio, por lo que solo serán amigos.

Es agradable encontrarse de cuando en cuando con una comedia romántica que trate el tema con respeto y, en general, buen gusto y eso es esencia Amigos de más (2013), una historia de amor que no intenta forzar las cosas.

Para empezar, un detalle muy interesante es que los protagonistas no son los típicos bellezones que suelen inundar este género y que no aportan mucha verosimilitud a la historia, pues se suele partir de la base de que tienen problemas para encontrar el amor y eso, con determinados actores, no suele resultar muy convincente. En esta ocasión se opta por actores que resultan simpáticos pero no son bellezas deslumbrantes y creo que es todo un acierto. Así es más fácil de aceptar la amistad que nace entre Wallace y Chantry sin sospechar que solo hay una gran atracción física detrás.

Y además, Zoe Kazan es una mujer que cae bien casi inmediatamente, resulta muy natural y agradable y se entiende que resulte muy sencillo ser su amigo y terminar enamorándote de ella.

Pero lo mejor de todo es que el argumento trata el problema de Wallace y Chantry con inteligencia y de manera totalmente creíble. Comprendemos que se han caído bien desde el principio, que tienen muchas cosas en común y es lógico que deseen compartir su tiempo. Además, Wallace respeta que Chantry tenga novio y aunque le vaya costando cada vez más, intenta ceñirse a su rol de amigo y no forzar las cosas. Ben (Rafe Spall), el novio de Chantry, no es un idiota ni la engaña con otra, que son los típicos recursos a los que se suele acudir en comedias menos inteligentes para justificar la ruptura que favorezca al protagonista. Aquí no pasa nada raro entre Ben y Chantry, solamente su relación se va deteriorando con la distancia y con el hecho de que ella se siente más feliz junto a Wallace. De este modo, el final feliz sucede de manera natural y es comprensible.

Pero Amigos de más no es perfecta, ni mucho menos. A pesar de sus virtudes, el guión no evita cometer errores de bulto, como el recurso a los chistes soeces que se prodigan constantemente de manera gratuita y absurda, pues no encajan en absoluto con el tono serio en que se desarrolla la historia. Son un pegote chabacano tan innecesario como perjudicial. Tampoco se mantiene el mismo equilibrio que se logra con los protagonistas con algunos secundarios, mucho menos convincentes y donde percibimos que se fuerzan las cosas en busca de la risa fácil y el resultado creo que es contraproducente.

El detalle del baño desnudos de Wallace y Chantry tampoco termina de cuadrar con el mensaje general de respeto en su relación y no aporta más que una secuencia con cierto picante y una disputa absurda.

Además, al insistir tanto en que Wallace respeta el noviazgo de Chantry y no quiere causar su ruptura de manera forzada, cuando viaja a Dublín para declararle su amor, resulta que hace que me ponga en su contra, pues está traicionándose y traicionando a Chantry. Entiendo que el mensaje que quiere trasmitirse es que su amor es más fuerte que su prudencia, pero el resultado es que es una mala decisión que lo hace de pronto antipático y nos ponemos del lado de Chantry en su justificado enfado.

Amigos de más dista de ser una película perfecta, y solamente viendo Cuando Harry encontró a Sally (Rod Reiner, 1989), de temática parecida, te das cuenta de las carencias del film de Michael Dowse; pero finalmente, poniendo todo en la balanza, está claro que cuentan más sus evidentes virtudes, como es el hecho de que se trata el tema del amor de una manera adulta, sin banalidades y respetando tanto a los protagonistas como a los espectadores. 

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