El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 16 de abril de 2023

El coro



Dirección: François Girard.

Guión: Ben Ripley.

Música: Brian Byrne.

Fotografía: David Franco.

Reparto: Garrett Wareing, Dustin Hoffman, Kathy Bates, Eddie Izzard, Kevin McHale, Josh Lucas, Joe West, Debra Winger, River Alexander, Sam Poon, Dante Soriano, Erica Piccininni, Grant Venable. 

Stet (Garrett Wareing) es un niño de doce años que vive con su madre soltera alcohólica y es bastante conflictivo en la escuela. Pero tiene un don: una hermosa voz para el canto.

Cuesta creer que a estas alturas alguien pueda escribir un guión como el de El coro (2014) sin avergonzarse por ello. La historia de un niño rebelde que encuentra en la música una motivación para disciplinarse, esforzarse y triunfar es algo tan tópico que parece mentira que Ben Ripley no fuera capaz de salirse de las rígidas vías ni en el más mínimo detalle.

Confieso que, tras el comienzo tan poco original, me pasé gran parte de la película aguardando alguna variación, una nota discordante que marcara un giro inesperado en la historia; no podía creer que fuera a continuar por el mismo camino tan transitado, pero por desgracia esta siguió por los mismos cauces estereotipados. Así que no era difícil marchar siempre un paso por delante del relato, sabiendo que Stet iba a reconducir su inconformismo y su agresividad para integrarse en el Coro Nacional de Niños, que también tendría que lidiar con la envidia y las trampas de un compañero celoso y que eso le llevaría a ser amenazado con la expulsión. Del mismo modo, era más que previsible que el duro profesor de canto, el señor Carvelle (Dustin Hoffman), iba a terminar apoyándole, tras unos comienzos de oposición al muchacho. Y tampoco era ninguna sorpresa adivinar que su padre biológico (Josh Lucas) iba finalmente a reconocerlo e integrarlo en su familia.

Sinceramente, es penoso ver un guión tan pobre, tan lleno de clichés y tan superficial. Es cierto que la parte estrictamente musical es preciosa y tanto la fotografía como la ambientación denotan esmero y muy buen gusto. Pero no es suficiente, no podemos contentarnos solamente con esto. La historia es superficial, los personajes parecen meros estereotipos y falta tanta profundidad, tanta sinceridad en el relato que incluso se hace lento y hasta pesado, pues llenar la película de acarameladas voces infantiles sin una verdadera historia hace que sobren minutos por todos lados para lo que realmente se tiene que contar, que se puede resumir en media hora.

Garrett Wareing demuestra que en su debut no le pesa la responsabilidad y hace un trabajo muy meritorio, sin duda lo mejor de la película. No voy a criticar a Dustin Hoffman, un actor que me encanta, pero su papel le lleva a una interpretación rutinaria, acorde con el personaje tan poco matizado que le han dado.

Ni siquiera la excusa de disfrutar del apartado musical justifica perder el tiempo con un film tan plano y falto de ideas. Triste, muy triste.

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