Dirección: Guy Green.
Guión: Ken Hughes y Guy Green (Historia: Francis Durbridge).
Música: John Veale.
Fotografía: Wilkie Cooper (B&W).
Reparto: Robert Beatty, Terry Moore, William Sylvester, Geoffrey Keen, Josephine Griffin, Allan Cuthbertson, Henry Oscar, William Lucas, Terence Alexander.
Lewis Forrester, un periodista, muere en accidente de coche en Italia junto a una actriz llamada Alison Ford (Terry Moore). Poco después, Tim (Robert Beatty), el hermano pintor de Lewis, recibe el encargo de pintar precisamente un retrato de Alison.
Portrait of Alison (1955) es un modesto thriller británico basado en una serie de televisión que juega con habilidad sus bazas, asentadas en un complicado suspense que nos mantiene bastante intrigados durante toda la duración de la película.
En cierto modo, la intriga recuerda a los films de Alfred Hitchcock y la verdad es que funciona bastante bien, pues no paran de suceder cosas todo el tiempo, con varios asesinatos incluidos, que van complicando al protagonista sin que pueda explicar convincentemente todo lo que sucede a su alrededor, de manera que la policía tiene dudas acerca de su inocencia.
La trama es ciertamente compleja, pero está presentada con eficacia, de manera que nunca nos perdemos en el hilo de los acontecimientos que no dejan de ramificarse con personajes que reclaman dinero a Tim o sobre los que empiezan a aparecer sombras de dudas, de manera que nunca sabemos muy bien hacia dónde va a girar la historia. Sin duda, mérito de Guy Greene, que realiza un trabajo sencillo y logra sacar muy buen partido del material con el que trabaja, además de darle un ritmo ágil al relato, donde no hay tiempos muertos, con lo que el film resulta siempre muy entretenido.
Incluso el desenlace, que es por donde a veces sueles derrapar este tipo de enredos, está bastante bien resuelto y aunque la conclusión parece algo precipitada y desvela un misterio no tan complejo como creíamos, resulta del todo coherente con lo visto y aunque parece algo casual en algunos detalles, es absolutamente convincente.
Estamos sin embargo ante un film modesto y eso se percibe claramente en la puesta en escena, los recursos y hasta en el reparto, que no brilla especialmente, sobre todo con la presencia de Robert Beatty, un actor limitado y que no aporta nada especialmente atractivo a su personaje, siendo quizá el mayor inconveniente de la película. Por el contrario, tanto Terry Moore como Josephine Griffin están mucho más acertadas en su trabajo.
Con todo ello, Portrait de Alison cumple con creces en cuanto a mantener nuestro interés en una intriga bien urdida que nos permite pasar muy buenos momentos de tensión. No podemos pedirle mucho más una producción de este nivel, pero en su modestia es honesta y funciona más que correctamente.
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