Dirección: Michael Hoffman.
Guión: Michael Hoffman (Obra: William Shakespeare).
Música: Simon Boswell.
Fotografía: Oliver Stapleton.
Reparto: Kevin Kline, Michelle Pfeiffer, Rupert Everett, Stanley Tucci, Calista Flockhart, Anna Friel, Christian Bale, Dominic West, David Strathairn, Sophie Marceau, Roger Rees, Max Wright, Gregory Jbara, Bill Irwin, Sam Rockwell, Bernard Hill, John Sessions.
Finales del siglo XIX, en el pueblo de Monte Atena, en Italia, mientras prepara su boda, el duque Teseo (David Strathairn) debe atender la demanda de Egeo (Bernard Hill) ante la negativa de su hija Hermia (Anna Friel) a casarse con Demetrio (Christian Bale).
Seguramente los más puristas criticarán las licencias que Michael Hoffman se ha permitido al adaptar esta comedia de Shakespeare. Una vez más hemos de convenir que se trata de una adaptación, no una copia literal, y que el cine requiere de una manera de expresión diferente a la literatura. Sentado este principio, he de decir que esta adaptación me ha parecido maravillosa. Es verdad que le falta algo para alcanzar la excelencia, pero aún con sus defectos me parece un espectáculo realmente divertido y hermoso.
Uno de los detalles que han de agradecerse es que se haya conservado el texto en verso. A veces esta elección puede resultar complicada por la espesura que pueden tener las ricas expresiones de Shakespeare. Pero Hoffman ha logrado un bonito equilibrio entre el espíritu de la obra de teatro y su adaptación, de manera que gozamos de unos bellísimos diálogos sin perdernos en densas descripciones o metáforas. El resultado es de una belleza prodigiosa.
Como lo es la banda sonora elegida para la ocasión, compuesta por reconocidos fragmentos de ópera y música clásica que realzan de manera fantástica la belleza del relato.
Sin duda, Hoffman ha demostrado un buen gusto admirable y su empeño en realizar una adaptación cuidada hasta los mínimos detalles es evidente.
Lógicamente no podemos dejar de mencionar un reparto espectacular. Todos los actores me parece que brillan de manera especial, favorecidos sin duda por la belleza del conjunto. No es justo destacar a nadie por encima de otros, pero sí que confieso mi debilidad por Stanley Tucci.
En el debe podríamos achacar una duración un tanto excesiva ya que si bien el nivel del relato es muy bueno, tal vez recortando un poco habría resultado mejor. Pero de todas maneras, El sueño de una noche de verano (1999) me parece una película muy cuidada, hermosa y muy divertida. Es verdad que contar con el texto de Shakespeare como punto de partida ayuda muchísimo, pero también hay que demostrar buen gusto y pericia para conseguir un conjunto tan equilibrado y tan bonito.
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