El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 28 de abril de 2023

La carretera



Dirección: John Hillcoat.

Guión: Joe Penhall (Novela: Cormac McCarthy).

Música: Nick Cave y Warren Ellis.

Fotografía: Javier Aguirresarobe.

Reparto: Viggo Mortensen, Kodi Smit-McPhee, Charlize Theron, Robert Duvall, Guy Pearce, Molly Parker, Michael Kenneth Williams, Garret Dillahunt. 

Un cataclismo ha arrasado el planeta. No queda casi nada y los supervivientes luchan por encontrar algo de comida y sobrevivir a bandas armadas que han caído en el canibalismo. Un padre (Viggo Mortense) y su hijo (Kodi Smit-McPhee) viajan hacia el sur huyendo del frío y en busca de un lugar seguro.

Sin duda, con La carretera (2009) estamos ante un film original de un autor que parece que ha cautivado a Hollywood. De un novela suya nació la película No es país para viejos (Joel Coen y Ethan Coen, 2007) y la que sirve de base para este largometraje ganó nada menos que el premio Pulitzer.

Sin embargo, una película no es una novela, tiene otro lenguaje y otras necesidades y creo que, como película, La carretera se queda a medias.

Visualmente la película es impecable. Con una fotografía en tonos grises, muy adecuada sin duda a la historia, la imagen de un planeta sin animales, con bosques destruidos, caminos e infraestructuras abandonadas, edificios en llamas y casas ruinosas nos mete de lleno en la desolación total y comprendemos que la supervivencia sea una mera utopía y solo con algo de suerte uno pueda llegar a ver un nuevo día.

Sin embargo, la misma premisa de la historia, con dos protagonistas que ocupan casi el noventa por ciento del metraje, hace que llevar a buen término la empresa resulte complicado. Y lo que vemos es un film repetitivo, bastante previsible en cuanto a los sucesos que pueden romper la monotonía del viaje de padre e hijo (encuentros con los "malos", con un viajero solitario, hallazgo de comida y poco más). No hay una evolución del planteamiento inicial a lo largo de la película, que tampoco aporta mucha información que pudiera "amueblar" el viaje, como a dónde se dirigen, que esperan encontrar..., y así no se puede mantener el interés a lo largo de 112 minutos.

El recurso de volver al inicio del cataclismo y contar cómo la esposa (Charlize Theron) decide morir al no soportar vivir en ese mundo desolado es necesaria y añade cierta variación en el comienzo de la película, pero es algo que no tiene demasiada continuidad y tampoco se explota convenientemente, a pesar del intento de dramatizar la situación con las reacciones viscerales de la mujer. Pero aún así, el tono es frio, algo que se extiende a lo largo de toda la historia y que es lo que penaliza decididamente el relato, que nunca me llegó a emocionar, de manera que las desgracias del viaje no me causaron el necesario dolor que se supone que debería provocarnos la triste odisea narrada.

Es verdad que algunos momentos tienen cierto calado por la presencia del niño y los sentimientos protectores del padre, pero son instantes demasiado escasos y breves y tampoco se puede argumentar el gran trabajo de los actores, que es muy bueno, pero es algo con lo que deberíamos contar siempre y eso solo tampoco es una razón suficiente para hablar de una gran película.

Entiendo las magníficas intenciones del proyecto, pero he de reconocer que La carretera me cansó y eché en falta poder participar de manera más activa del viaje, pero nunca llegué a implicarme emocionalmente.

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