Dirección: Ron Howard.
Guión: Mark Monroe.
Fotografía: Michael Wood.
Reparto: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Ringo Star.
Documental sobre los primeros años de The Beatles, desde 1962 a 1966, cuando pasaron de ser un grupo desconocido a la fama mundial con conciertos multitudinarios.
Mucho se ha escrito y se ha hablado de The Beatles por lo que seguramente este documental no va a descubrir nada realmente nuevo para muchos. Sin embargo, para aquellos que se acerquen por primera vez al grupo o para cualquiera que disfrute con sus canciones, el trabajo de Ron Howard nos brinda la oportunidad de comprobar el impacto que supuso la banda en la juventud de la época, primero en su país, pero rápidamente extendiendo su influencia en todo el mundo. Y no solo por sus canciones, que aún ahora resultan maravillosas, sino creando toda una moda que chocaba con todo lo establecido y le dio a una generación de adolescentes unas nuevas señas de identidad.
El documental de Ron Howard nos muestra todo ello, si bien es verdad que se centra especialmente en las actuaciones en directo, que desde luego conservan toda su fuerza y es un placer escuchar y ver en directo a unos jóvenes músicos inundando las salas y estadios de una locura fascinante.
El director busca sobre todo transmitir la imagen más positiva del grupo, su influencia en la sociedad, su revolución musical y deja de lado todo lo negativo (drogas, Yoko Ono). Se puede criticar este enfoque, lógicamente, pero es la elección de Ron Howard que busca, sobre todo, destacar todo lo positivo que supuso la aparición de The Beatles en la historia de la música y de la sociedad.
El documental además incide en la amistad que unía a The Beatles y repite sin descanso este hecho y cómo las decisiones del grupo eran siempre unánimes. Por encima de todo estaba su unidad. Seguramente fue así al principio y eso es lo que quiere destacar el director. Pero también se muestra la evolución del grupo con el paso del tiempo, tanto en las canciones, que van pasando de las primeras letras sencillas, que buscaban conectar con las fans, hasta las más profundas y experimentales que empiezan a marcar la madurez personal de The Beatles, como en sus expectativas personales y el cansancio por un ritmo de actuaciones agotador y la necesidad de centrarse más en la música que en las giras, donde sentían que aquello era cada vez un espectáculo sin mucho sentido para ellos.
Evidentemente, muchas cosas se quedan fuera y se echan de menos. En una película de una duración estándar es complicado profundizar demasiado y poder disfrutar de algunas actuaciones en directo del grupo no solo es imprescindible, sino que proporcionan los momentos más emocionantes del documental, pero uno se queda con ganas de más y tal vez se hubiera podido acortar la parte en que se repasan sus viajes por todo el mundo y resumirlos más y poder ocuparse de otros aspectos mucho más importantes que son abordados sin detenerse demasiado en ellos, como el origen del grupo o su viaje a la India y cómo influyó en su música, sus innovaciones musicales, etc.
También nos quedamos con ganas de ver el final del grupo, pero el documental no llegaba hasta esos años, de manera que simplemente resume algunos datos de los últimos álbumes y termina magistralmente con la última su actuación en público: el famoso concierto en la azotea de sus estudios de grabación.
Más allá de las carencias, que solamente vienen a demostrar cuánto y cuán importante fueron estos músicos, siempre es un placer poder disfrutar de imágenes de la banda en directo, sus entrevistas, sus ensayos y sus actuaciones históricas y este documental nos regala algunos momentos maravillosos.
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