Dirección: John Farrow.
Guión: James Warner Bellah y John Twist (Novela: Andrew Geer).
Música: Roy Webb.
Fotografía: William Clothier.
Reparto: John Wayne, Lana Turner, David Farrar, Lyle Bettger, Tab Hunter, James Arness, Dick Davalos, John Qualen, Paul Fix, Lowell Gilmore, Luis van Rooten.
Cuando el comienzo de la Segunda Guerra Mundial es inminente, el capitán del carguero alemán Ergenstrasse, Karl Ehrlich (John Wayne), decide que su deber es regresar a Alemania. A pesar de ordenársele permanecer en el puerto de Sydney, el carguero se hace a la mar aprovechando una noche de espesa niebla.
Curioso film que tiene casi más de aventura que de cine propiamente bélico, El zorro de los océanos (1955) nos ofrece la posibilidad de ver a John Wayne convertido en un capitán alemán.
La base de la historia es la figura del capitán Ehrlich y sus fuertes convicciones que le llevan, a pesar de estar en contra de la ideología nazi, a arriesgarse en una travesía peligrosa, perseguido por la marina de guerra aliada, para llegar a Alemania, lo que considera su deber en tiempos de guerra.
El argumento además ilustra el enfrentamiento del capitán con un oficial nazi, Kirchner (Lyle Bettger), lo que sirve para oponer la integridad del primero al fanatismo criminal del segundo, ofreciendo así una interesante e inteligente crítica del nazismo.
Para que no falte ningún elemento argumental, la presencia de Elsa Keller (Lana Turner), una agente secreta alemana que debe escapar de Australia, sirve para ofrecernos la esperada historia de amor entre los protagonistas, con el atractivo de la oposición inicial de Elsa hacia el capitán pero que, al ir conociéndolo, se transformará en amor.
John Farrow lleva con soltura el relato en el que destacan especialmente los diálogos, realmente buenos, aunque la historia en sí no logre llegar a alcanzar una gran intensidad. En ningún momento se consigue crear la tensión necesaria que muestre un verdadero peligro en la travesía del carguero, de manera que los momentos más interesantes tienen que ver con las tensiones en la tripulación y el progresivo acercamiento de Elsa hacia el capitán, con lo que el transcurso de la aventura no tiene demasiada emoción.
John Wayne aporta su pétrea presencia que se impone especialmente con la diferencia de estatura al lado de Lana Turner, pero no estamos sin embargo ante una actuación destacable por su parte. Lana Turner luce su innegable belleza, aunque su personaje no está demasiado bien desarrollado y eso perjudica un poco la parte del romance.
Resulta interesante el desenlace, pues aporta quizá la nota más original de la historia, con un final que deja abierta la puerta a dos interpretaciones posibles de manera que cada espectador puede elegir la que más le guste.
En resumen, un film no del todo bien aprovechado, especialmente en todo lo relacionado con la travesía y el acecho de los buques aliados, pues esta parte carece de intensidad dramática. Sin ser una gran película, resulta aceptablemente entretenida.
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