El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 18 de abril de 2023

Casi perfecta



Dirección: Shari Springer Berman y Robert Pulcini.

Guión: Michelle Morgan.

Música: Rob Simonsen.

Fotografía: Steve Yedlin.

Reparto: Kristen Wiig, Annette Bening, Matt Dillon, Darren Criss, Christopher Fitzgerald, June Diane Raphael, Bob Balaban, Natasha Lyonne, Brian Petsos, Patricia Kalember, Mickey Sumner. 

La vida de Imogene Duncan (Kristen Wiig) sufre un vuelco inesperado cuando su novio pone fin a su relación y además pierde su empleo. Desconcertada, decide fingir un suicidio intentando conmover así a su novio, pero solo consigue que la pongan bajo la supervisión de su madre (Annette Bening), con quién no tiene precisamente una buena relación.

Casi perfecta (2012) es una comedia extraña, casi surrealista por momentos, que tiene un comienzo esperanzador pero que pronto es víctima de sus excentricidades.

No termino de entender por qué algunas comedias deciden centrar su supuesta gracia en argumentos tan rebuscados que llegan al absurdo. Desde mi punto de vista, lo mejor es implicar al espectador en la narración, hacer que se sienta más o menos identificado con algún personaje, crear una historia coherente. Pero supongo que ese tipo de argumentos requieren precisión, imaginación, talento para que funcionen. Parece más sencillo plantear situaciones absurdas con la esperanza de que sea esa misma extrañeza la que resulte divertida. Pero no suele ser así, al menos en Casi perfecta para mí esta fórmula no funcionó, porque me costaba mucho entender el significado de algunos personajes y mucho más encontrarlos divertidos.

Las bases iniciales parecían correctas: colocar a la protagonista en una situación desesperada que sirva de punto de partida para su recuperación. Una bonita historia de superación. El problema es que tras ese comienzo, la historia va entrando en una extraña espiral de situaciones y personajes sin demasiada fuerza, con lo que cuesta meterse en las desventuras de Imogene.

Por ejemplo, su hermano Ralph (Christipher Fitzgerald) es un personaje extraño, pero no llegamos a saber si es retrasado o solamente un tipo raro. Se supone que ahí reside su gracia pero, sinceramente, nada de lo que hace me parecía divertido, sino más bien patético, y no llegué nunca a entender qué habría imaginado la guionista que aportaba un personaje así.

Tampoco la madre de Imogen tiene un rol claro, más allá de crear un conflicto con su hija, que no la entiende y además descubre que le mintió a propósito de la muerte de su padre biológico (Bob Balaban), otro personaje que tampoco aporta nada realmente interesante a la historia y repite el recurso de poblar la historia de personajes raros como fuente de comicidad, algo que personalmente no llegué a percibir por ningún lado.

George Bousche (Matt Dillon), nombre que suena como el del presidente norteamericano, es otro personaje curioso: dice ser agente de la CIA, aunque todo suena a fantasías de un caradura. Cuando al fin se descubre que es en realidad lo que dice ser, resulta del todo ridículo y tampoco termina de aportar gran cosa a la historia, quedando solamente como un truco más desaprovechado.

A parte de esta proliferación de personas extrañas, el desarrollo de todo el conflicto de Imogene, tanto en su hogar como con su amigos de Nueva York, que resultan ser todos unos capullos, carece de profundidad. Las situaciones de suceden pero sin llegar a resultar convincentes, como la juerga que se corre Imogene con el inquilino de su madre (Darren Criss), con el que termina acostándose, y que es donde mejor queda clara la superficialidad del guión, pues la que podría ser una historia de amor con cierta proyección termina quedándose en casi nada, no se desarrolla en absoluto.

Y este es el defecto de Casi perfecta, nada termina por cobrar forma, esperamos que los conflictos se vayan construyendo a lo largo de toda la película pero llegamos al final sin que eso suceda, solo vemos apuntes, intentos de crear situaciones que no cuajan, todas terminando en meros bocetos con lo que la película se queda en un amago de contar algo interesante y de resultar divertida, sin llegar nunca a la meta.

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